Acabo de terminar la última selección de cuentos de F. Scott Fitgerald que lleva por título "Moriría por ti y otros cuentos perdidos".
Aquí se exponen, tras un interesante prólogo de Anne Margaret Daniel, 18 cuentos que fueron presentados a revistas durante la década de 1930 y fueron descartados, guiones para Hollywood jamás filmados y algunos obtenidos de la biblioteca privada de la familia.
Ya en 1939, Scott Fitzgerald le dijo a Kenneth Littauer, director de la revista Collier's, que no quería escribir más cuentos sobre amores juveniles, pues ya estaba cansado de escribir siempre lo mismo. Sin embargo, era lo que todo el mundo esperaba de él y , tanto lectores como editores, rechazaban cualquier cuento que se saliera del habitual romance entre hombres y mujeres.
Así pues, Fitzgerald debía elegir entre ser él mismo o morirse de hambre.
La mayoría de estos cuentos fueron escritos en los días de la Gran Depresión, época de gran escasez económica del país y también del autor estadounidense, que a menudo se encontraba en bancarrota, fumando y bebiendo en exceso, durmiendo en moteles y con su mujer, Zelda, entrando y saliendo de diversos psiquiátricos debido a las crisis nerviosas que la impedían vivir con normalidad.
"Moriría por ti", el cuento que da título a esta recopilación, nace de sus días tormentosos en las montañas de Carolina del Norte, donde se marchó con Zelda esperando que el aire puro les ayudara a curarse.
Agotado de su vida, de la literatura y de sus propios vicios por igual, plasmó en sus escritos el espíritu de aquellos años tortuosos.
Murió antes de poder terminar su novela "El último magnate".
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