sábado, 26 de agosto de 2017

La cabeza perdida de Damasceno Monteiro, de Antonio Tabucchi

Regreso a casa después de 5 días maravillosos en Oporto. En este viaje me ha acompañado "La cabeza perdida de Damasceno Monteiro". Lo elegí precisamente porque está ambientada en esas calles y versa sobre un suceso que ocurrió el 24 de mayo de 1996:  un ciudadano portugués de 25 años, Carlos Rosa, fue asesinado en circunstancias no esclarecidas en una comisaría de la Guardia Nacional Republicana de Sacavém, en la periferia de Lisboa. Su cuerpo apareció decapitado y con señales de malos tratos en un parque público. Tabucchi lo cuenta en esta novela pero, a pesar de estar basada en una historia real, los nombres, personajes y lugares descritos en la novela son inventados. En este contexto, Antonio Tabucchi crea a su personaje principal, Firmino, un joven periodista que trabaja para un periódico y que tendrá que viajar a Oporto para realizar un investigación periodística sobre el caso.  Allí conocerá a Manolo, el gitano que, al salir de su choza una mañana, encuentra el cuerpo decapitado de Damasceno Monteiro; al sargento Titanio Silva, inmiscuido en manejos ilegales como el de la droga; y al abogado, un tanto excéntrico, Fernando Mello de Sequeira, quien acompañará al joven periodista en la investigación.
No es la primera vez que conocemos casos de abuso de poder y corrupción policial. Ha ocurrido y ocurre en casi todos los  regímenes, en los totalitarios y en los democráticos. Y Tabucchi lo sabe y lo denuncia en sus escritos, en esa búsqueda eterna de justicia quimérica.

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