El sábado por la noche me entrevistaron en la radio, en el programa de Esmeralda Marugán para la emisora Libertad FM. Siempre que me entrevistan, o que me toca hablar en público, lo paso realmente mal, y aunque ellos consiguieron que me sintiera como en casa, salí con esa sensación de cuando tienes tantas cosas que decir que en realidad no dices nada.
Quien me conoce sabe que soy mujer de pocas palabras, que estoy acostumbrada a mi mundo, a mis silencios y a mis propios ruidos y que abrirme al mundo exterior me cuesta mucho, e incluso a veces me incomoda. Soy observadora por naturaleza, de las que están calladas porque observan todo cuanto sucede alrededor o porque están tan perdidas en algún lejano pensamiento que les cuesta volver a pisar tierra firme.
Para bien o para mal, necesito reflexionar sobre todo cuanto veo o siento y tomarme mi tiempo para contestar a las preguntas que se me formulan. Por ello soy una oradora pésima, y quizá por eso escribo. Todos necesitamos comunicarnos a nuestra manera. Todo lo que soy incapaz de decir, soy capaz de escribirlo en un papel. Y por eso digo que yo escribo todo lo que callo.
Gracias a Esmeralda y a todo su equipo por su amabilidad.
Colgaré el programa por aquí cuando lo tenga, para quien quiera escucharlo.
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