jueves, 5 de diciembre de 2019

Literatura y boxeo.

El boxeo y la literatura siempre han estado más relacionados de lo que creemos. Como dijo Roberto Bolaño "Hay momentos para recitar poesías y hay momentos para boxear." ¿Pero qué es sino literatura? Lucha, sufrimiento, resistencia, rivalidad no solo con el otro, sino con uno mismo. Y esto no solo lo pienso yo, que siempre he admirado ambas cosas: el escritor o el poeta que se redime en su escritura y el boxeador que se deja la piel por salir a flote después de una derrota, sino que muchos escritores avalan este hecho.
Budd Schulberg ya advirtió que escribir es proyectar golpes en la oscuridad que vienen de vuelta. 


Y es que el boxeo siempre ha estado presente en la literatura: desde grandes escritores clásicos como Arthur Conan Doyle, Jack London, Hemingway, que más de una vez se puso los guantes, y se comparaba con otros escritores como si fueran boxeadores: "Yo a Chejov le gano por puntos en fallo unánime." o algunos escritores españoles como Ignacio Aldecoa ("Young Sanchez" o "Neutral Corner"), o Francisco Ayala (El boxeador y un ángel).

Destacan las crónicas de algunos combates como: "El combate" de Norman Mailer, narración de la pelea entre Muhammad Ali y George Foreman en Kinshasa, "Torito" de Julio Cortázar, quien también escribió "La noche de Mantequilla", un cuento inspirado en la pelea entre Carlos Monzón y "Mantequila" Nápoles en París, 1974 y  "El Rey del Mundo" de David Remnick.

Destacan, también, algunas biografías como "Luis Ángel Firpo, soy yo" de Carlos Piñeiro Iñíguez,  "Segundos afuera", de Martin Kohan,  "Gatica, el boxeador de Evita y Perón", de Enrique Medina, "Gatica y yo" de Jorge Montes, "El oro y la oscuridad, la vida gloriosa y trágica de Kid Pambelé" de Alberto Salcedo Ramos. Clásicos como "El toro salvaje" -escrito por Jake La Motta con Joseph Carter y Peter Savage-, o "Mi verdadera vida", de Carlos Monzón, como se la contó al periodista Ernesto Cherquis Bialo.



Pero también existen boxeadores que escriben. Sin ir más lejos, Maravilla Martínez escribió "Corazón de Rey", Andrés Selpa "Sin prejuicios" y Abel Celestino "El día que fuimos campeones." Y es que 
como decía José Luis Alvite, "literatura y boxeo solo son dos maneras distintas de escupir."

Me gustaría hablar más extensamente de la unión histórica de estas dos artes como son el boxeo y la literatura, y de boxeadores que tuvieron una vida tan trágica como muchos protagonistas de novela. Pero para no hacer esto más extenso hablaré de ello en otro capitulo.







No hay comentarios:

Publicar un comentario

El abrazo de Montjuïc